sábado, 9 de abril de 2011

The happiest days of our lives


Dedicado amorosamente a Eric, el francés que me hizo acordar de una de las pocas razones por las cuales todavía no me suicidé: el amor por la Nutella.

1 comentario:

Maqiu♥ dijo...

que buena onda! jajajaja creo que varios seguimos vivos por estof